lunes, 20 de febrero de 2017

DÍA DEL PENSAMIENTO (1)

Entre en los scouts el año 1963, un año después de que se fundará el Grupo Scout “Fortún de Torres” de Jerez de la Frontera y lo hice porque un compañero de clase y amigo, Ángel Pérez Sauci me invito a que fuese por el Grupo que estaba en la c/Santa Isabel nº 8.

En el año 1966 me nombraron Ayudante del Jefe de Tropa de la IIIª Tropa, en el Grupo había dos tropas la IIª y la IIIª, una Manada de Lobatos y un Clan de Rovers. La Iª Tropa y las IVª tropa pertenecían al Grupo Scout “Nª Sª del Pilar” que estaba en el Colegio de los Marianistas de la calle Porvera también tenían una Manada de Lobatos.

Cuando te nombran Ayudante del Jefe de Tropa te exigían que tenías que formarte con la ayuda del Consiliario y del Jefe de Tropa y es aquí cuando tienes la oportunidad de leer los libros que por aquella época había y que te hablaban del Escultismo.

Por supuesto que es el libro “Escultismo para Muchachos” el referente más importante y ese libro muy poca gente lo tenían y el que lo tenía lo mimaba con cariño para que no se estropease, así que los Jefes no solían dejarlo a nadie, salvo en las reuniones del Consejo de Tropa. Mientras en las patrullas había un pequeño folleto que relataba la vida de Baden-Powell y que pertenecía a una colección denominada “Folletos escultismo” editado por el Grupo Scout Seminario de Vitoria 1961 el cual conservo.

Es con este folleto con el que todos los que por aquellos años pertenecimos al Escultismo descubríamos la vida de nuestro fundador Robert Baden-Powell.

Recuerdo que en los distintos locales que nuestro grupo tenía había un cuadro con la figura de él, al igual que en los distintos rincones de patrulla.

Leer este folleto es lo primero que se me ha venido a la memoria al conmemorar en el día de hoy el Día del Pensamiento que nos introdujo a muchos en la vida de nuestro fundador y su vida de aventuras en África y en la India alimentaba nuestra imaginación hasta el punto de sentirnos en nuestras salidas campestres, que solían ser muchas, como si de una aventura en la sabana africana fuera.

Su “Último Mensaje” era lo que más me impactó, aquella forma de despedirse y la profundidad de lo que quería transmitir, me hizo que lo asimilara para mi propia vida, y en ello estoy después de los años que llevo vinculado al Escultismo. Es mi hoja de ruta.

José Ángel Sánchez Abrines